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RUTAS ALTERNATIVAS DE LA COMUNICACIÓN. PROCESOS DE SIGNIFICACIÓN SOCIAL, IDEOLOGÍA Y PODER

Beatriz Ammann y Eva Da Porta (compiladoras)

Octubre de 2008

Rutas alternativas de la comunicación es un libro resultado del estudio "La producción mediática alternativa: condiciones de posibilidad en la trama discursiva contemporánea" llevada a cabo durante 2006 y 2007 por un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina.

La publicación contiene artículos sobre lo alternativo y lo mediático, la comunicación alternativa en la sociedad de la información, las radios alternativas en América Latina, las emisoras universitarias y sus audiencias, la comunicación alternativa y los procesos educativos y muchos temas más.

Reproducimos aquí un apartado del capítulo

Lo alternativo y lo mediático, dos dimensiones para rasgar la hegemonía cultural escrito por Eva Da Porta.

Para conseguir el libro o contactar a sus autoras-es hay que enviar un correo a esta dirección.

LA NECESIDAD DE REPENSAR LA COMUNICACIÓN ALTERNATIVA

En los últimos años se han dado algunas condiciones que plantean la necesidad de repensar lo alternativo como un modo de responder desde la comunicación a los efectos nefastos de décadas de política neoliberal. La repolitización del campo cultural, sumado a las posibilidades inéditas que plantean las tecnologías de la comunicación ofrecen un panorama interesante para revalorizar este tipo de experiencias en tanto es posible reconocer, aún en aquellas que abandonan explícitamente los objetivos políticos, cierto potencial transformador de la realidad.

Tal como hemos señalado ese potencial

Para otro lado

Foto | Ximena Tordini

transformador no puede pensarse al margen del funcionamiento de la hegemonía cultural, cuyo rasgo central parece ser la naturalización de los sentidos y de las modalidades discursivas dominantes, tal como lo planteó con claridad Stuart Hall hace varias décadas. La hegemonía cultural, entendida como un profuso y heteróclito conjunto de discursos provenientes de distintos espacios, ha cristalizado ciertos sentidos en torno a las tecnologías de la comunicación (TIC) que las instauran como destino inexorable del desarrollo de la sociedad contemporánea y como panacea de la comunicación democrática y transparente. Este imaginario construido en torno a las TIC por las fuerzas y poderes del mercado y la geopolítica les otorga el carácter de evidencia, de realidad incuestionable que, como dice Mattelart, impide discutirlas, repensarlas, debatirlas. Las TIC parecen ser sólo un dato de la realidad y no un dispositivo tecnopolítico que se alía y potencia a otros poderes diseminados y

concentrados de modos muy complejos. En ese sentido toda experiencia de comunicación alternativa debe lidiar con ese imaginario tecnomediático. Debe proponer algunos sentidos que confronten e intentes, al menos desnaturalizar, esos sentidos cristalizados que viene asociados a usas, prácticas, doxas, retóricas y tópicas propias del as TIC. Para ello, nuestra propuesta apunta a recuperar ese cuerpo de saberes, discursos y prácticas construidos en torno al significante comunicación alternativa, que han ido construyendo desde hace cuatro décadas algunas experiencias de comunicación popular, comunitaria o alternativa. Lo decimos explícitamente: lo alternativo (sus ideas modalidades y formas de comunicar) no permite poner en crisis y desnaturalizar lo hegemónico mediático, sus imaginarios sociales dominantes profundamente cristalizados. Formas hegemónicas que muchas veces reproduce hasta las propias

prácticas que se proponen como democráticas, alternativas o populares. Formas hegemónicas que se imponen como lo normal, lo aceptable y lo corriente. Es necesario y urgente pensar otros modos de comunicación, no abandonar la crítica de los modos que ya están instaurados, plantear derechos y políticas nuevas que apunten a buscar formas más equitativas y democráticas de toma de la palabra y la imagen pública. Para ello es una tarea de los comunicadores desnaturalizar lo que hay, hacer una profunda crítica ideológica de la formas estandarizadas de construir los mensajes mediáticos, de repensar si lo que hay es lo que queremos o es es aún posible pensar otras formas más creativas, liberadoras, expresivas.

Entonces podemos preguntarnos por aquellos aspectos que hacen que las prácticas y discursos alternativos rasguen la hegemonía y dejen emerger una lógica otra, una lógica discursiva que escape a la aceptabilidad y normalidad instituidas por la hegemonía.

Desde una perspectiva sociodicursiva, Marc Angenot llama heteronomía/ heterología a esa hiancia, a eso que escapa de la lógica de la hegemonía. Si seguimos su planteo podemos preguntarnos: ¿De qué modos la comunicación alternativa podría ser heterónoma respecto de la hegemonía? Para ello retomaremos algunas cuestiones que al respecto plantea el autor quien además señala que la hegemonía discursiva no es un conjunto homeostático sino una red de sentidos y tensiones siempre dispuesta a incorporar y contener no solo lo nuevo sino aquello que aparenta ser radicalmente distintos, a lo ¿heterónomo? Esta tensión atraviesa para nosotros toda práctica alternativa de comunicación. ¿Hasta que punto es contrahegemónica? ¿Hasta donde es distinta o es solo una rareza que convive armónicamente con los modos y los flujos dominantes de la comunicación sin modificarlos?

Angenot señala que es necesario buscar la

heteronomía en la periferia y en los espacios de resistencia y conflicto con la hegemonía. Es decir que no basta con identificar una práctica o discurso como alternativos por sí mismos sino siempre en relación a la comunicación hegemónica. En segundo lugar plantea que es necesario distinguir lo heterónomo (lo alternativo diríamos nosotros) de lo nuevo, original o audaz, pues siempre estas novedades se plantean desde un discurso que las hace comprensibles y que por lo tanto les da sentido. Es decir que no basta que un discurso sea nuevo o innovador para ser alternativo sino que se hace necesario que ese discurso tenga capacidad de ruptura.

En tercer lugar nos advierte de no llamar heteronomía (alternatividad) a lo que es sólo supervivencia de sentidos arcaicos. Por ello y siguiendo su planteo diremos que no basta con identificar una práctica o discurso como alternativo por su carácter residual o por activar ideas del pasado, pues éstas pueden

ser igual de dominantes o autoritarias que aquellas ideas del presente que el discurso alternativo folclórico pretende cambiar.

En cuarto lugar, señala que la heteronomía de un discurso o práctica debe considerarse por su propia pragmática, por su fuerza perlocutoria, por su orientación hacia destinatarios meta identificados con su influencia. Es decir que la comunicación alternativa debe plantear otros vínculos comunicativos entre emisores y receptores, vínculos que no reproduzcan los roles cristalizados de los discursos hegemónicos.

Finalmente Angenot señala respecto de la heteronomía que no hay en el discurso social hegemónico quiebres totales, sino rupturas, disidencias que muchas veces son primero deslizamientos de sentido poco perceptibles. Búsquedas que plantean encontrar un lenguaje otro en conflicto constante con la aceptabilidad social y la hegemonía. Es decir que lo alternativo podría pensarse también en proceso y no como un hecho o acontecimiento

discursivo estático. Como un discurso que busca otros modos de decir que muchas veces se encuentran fuera de la aceptabilidad y la "normalidad" instituidas por la hegemonía.

Esta última es quizás la característica que podría articular todas las otras. Los proyectos de comunicación alternativa pueden iniciar otras búsquedas discursivas explorarnos otros modos de comunicar. Modos no estandarizaos por los géneros y formatos instituidos, modos que busquen poner en contacto a los sujetos que quedan excluidos por la norma mediática. Formas discursivas nuevas que les permitan tener voz e imagen propia y o ser hablados y estereotipados por aquellos que sí pueden acceder legítimamente a la palabra. En este punto alternatividad también puede vincularse a creatividad, a liberta y búsqueda expresiva.•